miércoles, 12 de mayo de 2010

UN PERFECTO ADIOS




Aspe, 21/1/2010.

¡Querida amiga!.

El 2008 fue un año difícil, no dejabas un hueco para mi. Lo inundabas todo y generabas confusión, te encantaba crear situaciones comprometidas, te plantabas así de repente en su corazón, aprovechando su debilidad. Y costaba arrancarte. A veces, sólo a veces, parecías dormida, y entonces aprovechaba, yo, para sentarme junto a ti y transformar ese gesto húmedo y salado en una mueca alegre, chispeante y blanca, capaz de abrigar y reconfortar a todo aquel que la mirara.
Siempre ha tenido facilidad para sonreír y más aún para disfrutar de sus carcajadas, afortunadamente, esa energía cargaba sus baterías para cuando tú despertabas y te lanzabas directa a su yugular emocional. Menuda eras, caprichosa, voluble y tremendamente aplastante, no necesitabas invitaciones ni permiso. Siempre has hecho lo que te ha venido en gana. Y esa falta de tacto y educación aún molestaba más. Las razones para ti no existían, ni las deducciones lógicas, podías instalarte sin motivo ni razón con una fuerza tremenda, tal que ensombrecía a cualquiera de nosotros.

Te gustó destacar, desde tus orígenes has precisado ser protagonista, dominar cada situación de forma egoísta incluso narcisista. Pero ahora eres tú la que te ahogas en tu propia pena y rabia, esta vez no me has ganado el pulso. Y estás encarcelada en una esquina, cerrada a cal y canto. Los rayos no te iluminan y Nieves está feliz, feliz como nunca.

En ella habitan muchos de mis amigos: el valor, el entusiasmo, la alegría, la esperanza, la vitalidad y la ilusión. Todos ellos me apoyaron y siguen afiliados con gran lealtad a esta candidatura liderada por un servidor, me llaman AMOR. No se han producido votaciones, ni falta que ha hecho, mi legislatura se ha impuesto incluso en la adversidad.
Agosto de 2009 fue duro, y aunque hubo razones de peso para que ganaras la batalla, los duendes y las hadas de su bosque particular contraatacaron, todo un batallón de ángeles salieron a su encuentro visitándola cada día. Alguno de ellos rogó al cielo para materializarse y poder aparecer en la tierra, en su mundo, bajo una presencia humana.

Así llegó Fabio a su vida. Y entonces no te valió ni armamento, ni ejercito especializado para eliminarme. Te gané, yo el AMOR, junto a mis secuaces dotamos a la vida de Nieves un cargamento de sonrisas. Una reserva de planes y proyectos salpicados de una tremenda ilusión. Los abrazos por escudo y los besos como alimento consiguieron que tú, TRISTEZA, corrieras a refugiarte en el subsuelo de su corazón.

Como buena luchadora te quedaste en la retaguardia, esperando. Pero su ángel, ese ser lunar, con aspecto de hombre y corazón divino consiguió, poquito a poco, desplegar todas y cada una de las varillas del abanico del amor, y una brisa de afecto, cariño y dulzura refrescaba cada rincón, como una fragancia persistente fluía en el aire, matando cualquier posibilidad de reconquista por tu parte. Así fue como quedaste relegada a ese agujero oscuro y lejano, y ahora eres tú quien lloras tus penas por ser tan insignificante en la vida de Nieves. ¡ Ay TRISTEZA!, ¿quién te ha visto y quién te ve?. ¿Cuesta aceptar este nuevo destierro, verdad?.
Sin más me despido, deseándote un largo y extenso exilio, susurrando mis mimos en su vida y escribiendo en silencio estas palabras para no despertarte de tu letargo.
Sinceramente suyo: “ EL AMOR”.