martes, 21 de diciembre de 2010

ENTRE BRUMAS


Soñaba que no era sueño, brisa salida de mis labios a tus oídos, canturreo susurrado de palabras mágicas, aquellas que me devolvían tu sabor.

Soñaba que no era sueño, latido ensordecedor en tu corazón, que demostraba mi emoción por volverte a ver. Angustia, asfixia del tuyo por hallarse alejado del mío.

Soñaba que no era sueño, y mientras ensoñada estaba, mi alma viajaba a tu encuentro. Direcciones opuestas, senderos ocultos y marcas borrosas de tus recuerdos y mis pensamientos.

Soñaba que no era sueño, pensamiento, silogismo razonado y demostrable, sin impedimentos ni travas, de que sí, si nos vemos, cuándo apetezca, cuándo se nos antoje.

Y mientras soñaba tu presencia era evidente, realidad ocasional concedida por los dioses. Y la mía persistente en mis sueños, fugaz de tus deseos.

Soñaba que no era sueño, deseo correspondido, macerado sin prisas, servido entre galas, duradero, inagotable. Juntos sin reloj ni calendario, sin puntos medios ni viajes de partida y retorno.

Y mientras soñaba, tú presente, y yo merecedora de tan grato privilegio, protagonista de tus deseos, fugaz de mi existencia.

Soñaba que no era sueño, sino amor y unión, pero desperté y llegué a la triste conclusión: todavía es martes, ¡Oh! No, todo ha sido sueño, sueño confirmado de tu presencia añorada, de nuestra real ausencia.


NIEVES JUAN GALIPIENSO.
21/12/2010.