jueves, 4 de noviembre de 2010

EN CAMA DE 1.50 ...


Agotado, a punto de desfallecer, busco un colchón mullido, que me acune, una mecedora, que me acaricie y consiga con su vaivén el mismo efecto que una nana.

¡Mi reino, por un poco de silencio!, sería capaz de dar lo que me pidieran por mantener el móvil desconectado, el despertador en reposo y esa oscuridad constante, proclamándose vencedora frente a los rayos de sol que intentan colarse por cada rendija.

Necesito descansar, dormir eternamente como bello durmiente, pero por favor, que ninguna activa y dinámica princesa venga a despertarme, aunque eso me prive de sus dulces besos.

Paz, sosiego, que se pare el mundo en esta cama, que aquí yo me quedo. Sé que resulto cansino e incluso contagioso, en ocasiones me canso hasta de mí mismo, cansancio, fatal enemigo, si te poseo estás perdido.

NIEVES JUAN GALIPIENSO.
4/11/2010.