martes, 18 de enero de 2011

HISTORIAS EN UN SIMCA 1000.


CAPRICHO ROQUERO.

- ¿Cómo va la búsqueda?-
- Fatal, creo que esto va a ser más difícil de lo que pensaba.-
- Pero, ¿qué pide en esta ocasión, tan raro es?-
- Nuestra divina de la muerte, ama y señora de esta plebe, necesita para su nuevo espectáculo ni más ni menos que un coche. Ha pensado bajar del cielo, colgado de unos arneses. Ella por supuesto dentro bailando y cantando. Nada de ir sentadita, no señor, tiene que pasearse por todo el vehículo contoneándose.-
- Verás los del seguro, te van a poner el grito en el cielo, porque eso conlleva extremar la seguridad no sólo del coche, sino de ella.-
- De ella y de su llamativo culo, ¿por qué no tendrá ideas más normalitas?-
- Dejaría de ser ella, jajjajaaaa.-
- Bueno, eso si encuentro el coche que desea.-
-¿Tan extraño es?-
- Un simca 1000 blanco, nuevo y flamante,¡ah!Y por supuesto descapotable.-
- ¿Cómo, he oído bien?-
- Si hija, creo que está como una chota, pero manda ella.-
- ¿Un simca 1000 blanco descapotable? Pero si ella no los habrá conocido, seguro.-
- Creo que no sabe ni cómo es ese coche.-
- Asegúrate, porque es capaz de hacerte devolverlo en cuánto lo vea y no reúna sus condiciones o su idea original. Yo de ti le enseñaba fotos, antes de dar ningún paso.-
- Por supuesto, ahora mismo. Te debo una.-

Estela con mucha paciencia consigue que su jefa, la gran estrella del rock inglés se siente frente al ordenador y vea las imágenes de un simca 1000, confirma su elección. Y Estela comienza todos los trámites para conseguir uno tal cual sus deseos. No resulta fácil, pero tras muchas gestiones, llamadas y negociaciones con distintas compañías aseguradoras, consigue que el simca 1000 blanco más nuevo de los existentes llegue hasta la ciudad que acogerá el megaconcierto de esta diva del rock.

- Anuska, ya conoce lo pactado, el seguro sólo se hace cargo si se limita a bailar en él sin moverse del asiento, en caso contrario nos quedamos con el culo al aire, nunca mejor dicho. Le ruego que sea...-
- Si, si, si, lo sé, que sea sensata y consecuente. Y tremendamente aburrida, menos mal que mis fanes no son como tú, sino menudo panorama.-
- Anuska prométamelo, que estamos hablando de su vida, de un coche de más de... y de un público que puede salir dañado si eso se precita desde tanta altura.-
- Estelita, lo intentaré, no prometo nada, pero intentaré ser buena.-
- Vamos chicos, ¿todo el mundo listo?, comenzamos el ensayo. Todas las medidas de seguridad comprobadas. Que suene la música.-
- Eso es perfecto, así bailando en el asiento trasero, muy bien sin movimientos bruscos, perfecto Anuska, te quiero.-

Se acerca el momento del concierto, todo un estadio de fútbol está repleto de gente expectante, deseosa de adorar a su diosa roquera. Anuska conoce el éxito del lleno total y se crece, todavía más si cabe. Viste un corpiño blanco con plumas en el escote, tanga de piel blanca y medias del mismo color. Comienza el espectáculo bajando en su flamante simca 1000 blanco, por supuesto. Bailando de forma contenida, el público estalla en aplausos y ovaciones a la vez que el cielo se cubre de colores por los fuegos artificiales. Anuska va emocionándose y rompiendo su palabra comienza abandonando el asiento trasero bailando a la vez que recorre todo el coche. Llega hasta el asiento delantero. Estela quiere morirse, ya se ha puesto taquicárdica, y todo el equipo está cruzando los dedos, cerrando los ojos y deseando que no pase lo peor. Anuska sale del asiento delantero y se tumba sobre el capó del coche. El arnés de esa parte comienza a ceder, lo hace al ritmo de la música y el público no nota nada raro. Estela está francamente preocupada y acojonada. Anuska sigue tentando a su suerte y pasa a desplazarse a la parte trasera del coche.

-¡Oh no! ¿Pero qué hace ahora? Por favor que acabe ya la canción, que alguien la corte o esta mujer se nos mata y se lleva a alguien con ella, seguro.-
- El público sigue animándola, Estela estamos perdidas, va a seguir arriesgándose.-
- Por favor cortar la canción, que entren los siguientes compases y bajar de una vez ese coche, vamos que aterrice ya.-
- ¡No, Anuska! No lo hagas por tu madre.-
La cantante decide hacer una pirueta, sujetándose con una sola mano mientras levanta una pierna y contonea la otra. Se resbala y parece caerse del coche. En el estadio se hace el silencio. Estela está llamando a una ambulancia. La música cesa. Y afortunadamente Anuska consigue agarrarse a la manivela del simca 1000. Los asistentes comienzan a aplaudir y vitorear, la música retorna, pero con los compases de la siguiente canción. El coche por fin está en el escenario y Anuska disimulando toma tierra orgullosa y valiente.-

- ¿Os ha gustado eh? Vuestra diosa roquera ha llegado surcando los cielos de esta ciudad en este flamante simca 1000. Esto es espectáculo, esto es emoción. ¿Queréis oír más? ¿Y ver más?-
- Que retiren ese coche se acabó este tipo de espectáculos.- Ordena Estela al equipo coordinador.
El concierto transcurre de forma segura, Anuska decide terminarlo igual como lo ha empezado, pero en esta ocasión sólo consigue pasearse por el escenario dentro del dichoso coche conducido por un agente de seguridad. El concierto ha sido un éxito, los fanes enloquecen y Anuska se retira orgullosa y plena, en busca de Estela.

- Estela, haz lo necesario, no puede parecer un accidente, ni un fallo, está en juego i reputación. El público ha quedado fascinado como para degradar el momento, mi momento de gloria. Estoy segura que sabrás cómo hacerlo.-
- Anuska mañana serás noticia en todas las portadas.-

Estela se apresuró a contactar con los medios para acallar el posible escándalo, disfrazando aquella mortal pirueta en un pase de baile ensayado y pactado, totalmente controlado y esperado. A la mañana siguiente Anuska era la cantante de rock más provocativa, flexible y valiente. El concierto había sido un éxito fuera de sospechas. La diva había arriesgado hasta el límite, pero bajo el control y la supervisión de un despliegue de seguridad casi nacional. Estela decidió visitar al cardiólogo, previa renuncia de su puesto de trabajo.

NIEVES JUAN GALIPIENSO.
18/1/2011.