miércoles, 31 de marzo de 2010

CUMPLEAÑOS FELIZ.



CUMPLEAÑOS FELIZ.

La ciudad duerme, parece que la noche se ha instalado inamovible, a pesar de este sol mañanero cálido y confortable, que guía mis pasos de camino al trabajo. Resonando a hueco, poniendo de manifiesto la ausencia de todo. Haciéndose raro cualquier otra celebración, que no repique a tambores, nazarenos, cirios y plegarias.

31 de marzo, un miércoles cualquiera, miércoles santo para el calendario nacional. Y un día especial para mí. La vida y la muerte de nuevo pasean de la mano. Una fecha para celebrar desde la distancia, con alguien especial, mi treinta y siete cumpleaños, y primero a su lado. Y desde la cercana ausencia el anhelo del primero sin ti.

Sensaciones contradictorias agolpadas, deseando imponerse, y esta calma personal que hondea en mí como estandarte de mi esencia. Recibo felicitaciones, gestos cariñosos, y la alegría de sentirme tan querida traslada las lágrimas a mis ojos, porque entre tanta prueba de amor no recibiré la tuya.

Mamá me ha llamado, ya sabes, a ella le gusta cantarme su felicitación por teléfono. Comeremos juntos, ya elegí menú de anfitriona y tú estarás a tu modo y estilo, siempre discreto, pero presente, aunque esta vez seamos tres en vez de cuatro. Soplaré las velas y pediré mi deseo, en esta ocasión doble y compartido por los hombres que han llegado y han partido.

El día acabará como cualquier otro y de nuevo la rutina se apoderará de una semana que terminará santa y resucitada.
Tal vez viajera, si la salud acompaña, porque las ganas no faltan.


NIEVES JUAN GALIPIENSO.
31/3/2010.

domingo, 21 de marzo de 2010

RESACA GENERALIZADA.

20 de marzo, la ciudad duerme. La calma retorna imponiéndose. Las gentes acomodadas en sus camas recuperan horas de sueño y excesos. El asfalto tan agredido, hace unas horas, reposa húmedo, conteniendo los restos de lo que fue una fiesta en mayúsculas.

Los semáforos se sienten inútiles, no hay tráfico que regular, ni peatones a los que conceder el paso seguro. La música ha cesado y los últimos petardos resuenan, ya, en el eco de nuestra reciente memoria.

Sosiego, por fin. La resaca como protagonista contagia los hogares y a sus ocupantes, es el momento idóneo para pasear uno a sus anchas. Y comprobar cómo todo cambia a pasos agigantados. El mundo hace unos días detenido, ha vuelto a ponerse en movimiento, tan sólo ha bastado el cambio de posición de las manecillas del reloj.

Presos de esa rapidez transformadora nos moldeamos para hacer más liviano su impacto. La vida sigue en esta ciudad adormilada, comenzando a despertar de su siesta, ya ha pasado el medio día sin hambre ni ganas de nada, cada cual emprende su día, reducido a ocho horas.

NIEVES JUAN GALIPIENSO.
VALENCIA. 21/3/2010.

ARDIENTE DESTRUCCIÓN.



ARDIENTE DESTRUCCIÓN.

En breve todo tocará a su fin. Cinco minutos para pronunciar las palabras mágicas en voz femenina, y el fuego arrasará tantos meses de trabajo, creatividad e ilusión.

Es momento para repasar, echar la mirada atrás y evaluar esta semana de infarto, repleta de cenas en comunidad, paellas numerosas, despertás ruidosas y horas, muchas horas de pie sobre tacones o espardeñas, noches tornándose día sin un descanso que los separe o distinga. Horas preparando, acogiendo, invitando, bailando y sobre todo celebrando.

Estruendo, ya no hay vuelta atrás. Las figuras llenas de color e ironía caerán al suelo, regresando a su punto de partida, pero esta vez convertidas en cenizas. Todos observan desde cerca, el humo se apodera del espacio. Y la sensación de destrucción está palpable.

Para unos, simplemente se acaba un periodo, otro año festero, fallero. Pero hay quienes viven este ritual como un proceso de superación. Atrás se deja un tiempo de propósitos, objetivos, metas, problemas, situaciones adversas, incluso frustrantes.

El fuego poderoso elimina todo lo malo y nos purifica, preparándonos para afrontar una nueva etapa. Reunidos frente a la decadencia de gamas vistosas, cartones tornados en vida y denuncias manifiestas, arrancamos de nuestro pensamiento todo lo dañino.

El calor de la hoguera reconforta nuestro corazón y nos recarga de energía. Listos para emprender otro día con la certeza absoluta, de que los problemas volverán y por supuesto se superarán.

Dedicado a dos ejemplos de verdaderos falleros y mejores amigos: Lourdes y Javi.

NIEVES JUAN GALIPIENSO.
VALENCIA 19/3/2010.

jueves, 11 de marzo de 2010

LA DANZA DEL SIETE.



LA DANZA DEL SIETE.

Siete, eran siete, los enanitos
para una Blancanieves perdida
y desorientada en el bosque.

Siete días, siete noches,
setenta veces siete
susurrar tu nombre
antes del alba y al amanecer.

Siete, número judío mágico.
Componentes de una semana,
maravillas del mundo.
Siete novias para siete hermanos.

Siete nubes, siete estrellas
bailando al son de las séptimas sinfonías
de Beethoven y Mozart
como siete besos de tu boca.

Siete días, siete noches,
setenta veces siete
tu mano en la mía,
una caricia constante.

Siete los colores del arco iris
siete almas en vela, la tuya y la mía
tres noches y media.

Siete pecados capitales,
siete deseos inconfesables
siete sueños realizables.

Siete viajes interlunares,
Siete islas, siete galaxias
El universo rendido a nuestros pies.
En cada gesto que nos une más.


Siete días, siete noches,
Setenta veces siete
Tu sonrisa provocando mi volcán.

Siete días, siete noches,
Setenta veces siete
celebrar siete meses más juntos.

¡Feliz siete mesversario, Fabio!

NIEVES JUAN GALIPIENSO. 11/3/2010.

jueves, 4 de marzo de 2010

RELOJ DE ARENA.



RELOJ DE ARENA.

Sus manos denotaban nerviosismo, el rostro descolorido y arrugado, cansancio y dejadez. Las noches en vela y los días en guardia, expectante, vigilante, llenaban toda su vida. Esa que se había convertido en una cárcel antónima de sus costumbres y su agitación social.

No pude evitarlo, verla enrollada en ese sillón destapada y casi temblando me conmovió, tanto, que me acerqué con cuidado y la tapé, acariciando su hombro, con el deseo y la intención de contagiarle algo de sosiego y ánimo. Ella no despertó, pero agradeció el gesto con un leve contoneo. Su espalda parecía pronunciar: “GRACIAS”.

Imaginé por un momento como sería de niña y de adolescente, su pelo, la ropa, la expresión de su cara. Y hasta el tono de voz vino a mi mente. Su estilo de vida, el tipo de amistades, y cómo se vino abajo todo su mundo tras conocer la noticia.

Debía ser fuerte, y algo en mí me decía, que lo superaría. Era cuestión de tiempo. En breve el ocio, tocaría a su puerta, la obligación cedería terreno a la libertad, y aquel pijama se tornaría un vestido de noche. El silencio de la habitación del hospital se convertiría en bullicio de ciudad, despacho y cafeterías. Y las ropas negras recobrarían colores vistosos y alegres.

Era cuestión de tiempo, como todo en la vida. Tiempo para ser, para olvidar, superar, perdonar, estimar, recuperar y desear. Tiempo para no desesperar y aceptar. Tiempo para mejorar y cambiar.


NIEVES JUAN GALIPIENSO.
4/3/2010.

martes, 2 de marzo de 2010

EN TARDES COMO ESTA.



EN TARDES COMO ESTA.

- ¡Ummm..., que rico! Calentito, me apetece tanto saborear este chocolate.- Roberto pensaba en voz alta mientras bebía su taza humeante. Detestaba la lluvia, siempre conseguía asaltarle la melancolía con ella de fondo. La mejor forma de acallar sus reclamos era así. Tomar un buen chocolate, tumbado en su sofá mientras una película sonaba como historia protagonista de aquel salón.

Por unas horas, su vida se postergaba, parecía que todo se detenía, hasta sus latidos eran reposados y lentos, tan sólo la sucesión de imágenes reflejada en el cristal de la vitrina rompía aquella calma. Los actores tomaban cada vez más protagonismo pasando de la pantalla de televisión a los sueños de él.

Sumergido en otro mundo Roberto era un miembro más de aquel colectivo en busca de un tesoro perdido. Un aventurero ansioso por las joyas y los trofeos sepultados en la caja fuerte de aquel barco hundido. Varias expediciones lo habían intentado en vano. Peleas, mentiras, intrigas y mucha rivalidad entre ellos debilitaba la misión y las ganas se ahogaban entre olas y espuma de frustración.

Roberto magullado y agotado cae al fondo del mar, no consigue flotar y se ve camino a la bodega del barco. Sobresaltado se despierta de repente, se sujeta al sofá y nota su cuerpo suspendido en terreno seco. Ni barco, ni olas, ni tesoro, suspira aliviado y vuelve a coger la taza para agotar el último sorbo de chocolate.

La lluvia ha cesado y el arco iris pinta en el cielo un halo de esperanza. – Creo que al fin podré salir a dar una vuelta, el aire fresco me despejará.-


NIEVES JUAN GALIPIENSO.
2/3/2010.

TRES MINUTOS... UNA ERTERNIDAD.


TRES MINUTOS... UNA ETERNIDAD.

- ¿Qué tal, cómo ha pasado la noche?- Preguntó el enfermero.
- Bien, va a ratos. Ahora parece algo más intranquilo.- Contestaba mientras sujetaba su mano y acariciaba su pecho.

Luisa desconocía si ese arrumaco calmaba a Miguel, y si sus gemidos constantes eran síntoma de dolor, cansancio o agotamiento por estar apresado en esas cuatro paredes, encamado más de veinte días, sin más propósito que aguardar ansioso la llegada de su carcelero. Ese que libraría su alma y su cuerpo de tanta limitación y sufrimiento.

El enfermero realizaba su cometido y conmovido por sus lamentos, acarició su frente mientras le hablaba con cariño. Luisa no pudo contenerse y ante tal gesto se derrumbó. Sus lágrimas mojaron la cama de Miguel, y una mirada cómplice entre ambos puso de manifiesto el dolor y la preocupación compartidos.

Era inevitable, el tiempo, su tiempo, se acortaba y la vida se esfumaba entre cables y goteros. Tres minutos, una hora, dos semanas, toda una eternidad en la palma de sus manos. Otro centímetro más en el agujero de nuestro corazón.


NIEVES JUAN GALIPIENSO
2/3/2010.

lunes, 1 de marzo de 2010

BOMBAY.


BOMBAY.

Natalia miraba desesperada su reloj. Luis llegaba tarde, como de costumbre. De pie en su despacho contaba los minutos para abandonarlo.

Nadie entendía su repentina decisión. Loca para unos y descabezada caprichosa para otros.

Su avión estaba a punto de aterrizar. El que la llevaría rumbo a otra vida, otro país, diferente cultura y tradiciones. Sin amigos ni familiares.

No esperó más, cogió sus cosas y se despidió de todos. Su taxi aguardaba en la entrada, y mientras se alejaba recorriendo aquellos lugares, recordó su llegada, llena de juventud e inexperiencia. Ahora algo más curtida en años y en vivencias.

Se despedía conforme, a su paso, iba dejando atrás parques, edificios, monumentos y lugares emblemáticos.

Con una sonrisa y algo de nervios por la nueva experiencia, pasar de alta ejecutiva a voluntaria sería todo un reto.

Llegó a tiempo, sin Luis, ¡que desastre!. Sus maletas facturadas, ya acomodada en su asiento imaginaba como sería su llegada. Y pedía al cielo no haber errado en su decisión.

Sus sueños se esfumaron, dejando paso a un descanso profundo. Mientras surcaba los cielos de Bombay.

NIEVES JUAN GALIPIENSO.
1/3/2010.

ENTRE PIELES DE VALOR.


ENTRE PIELES DE VALOR.

Lo siento, de veras que lo he intentado, con empeño desmedido y espejismos de ilusión.

Aposté por ti y me equivoqué. ¿Será verdad que no somos dueños del amor?. ¿Que no podemos fingir, forzar u obligar a sentir?.

En esta noche de frío y tormenta rebusco en mi armario el abrigo del valor, para decirte mientras me arropo: - “ADIOS”-.

No hay otra, nunca la hubo. No hay amor, él siempre faltó.

NIEVES JUAN GALIPIENSO.
1/3/2010.