viernes, 22 de mayo de 2009

Vacaciones ...


VACACIONES... ¿QUIÉN DIJO VACACIONES?



A veces no entendemos las situaciones que la vida nos presenta, y aunque tengamos claro, que todo pasa por algo, nos suele costar descubrir el sentido de todo en el mismo instante vivido. En ocasiones, conseguimos con mucha paciencia , no perder la esperanza y dejar pasar el tiempo. Y cuando menos lo imaginamos llega a nuestra mente la luz, la bombilla se enciende y logramos comprender porqué pasó todo. Acertamos a descifrar cada situación vivida y aunque éstas hayan sido causantes de dolor, nos consuela sacar una enseñanza, un mensaje, una lección, que nos alimente, que nos haga crecer y mejorar.
Se supone que el tiempo vacacional debe ser grato, divertido y relajante. Se presuponen demasiadas cosas. Pero es la realidad la que se encarga de quitarnos la venda y mostrar, qué tipo de experiencias se han vivido, que momentos han transcurrido y con que sabor de boca volvemos a ocupar nuestros lugares, puestos de trabajo, hogar, y quehaceres diarios. Y entonces nos preguntamos : ¿De qué nos han servido las vacaciones?. No se han disfrutado tanto como deseábamos y esperábamos, no hemos descansado tanto como precisábamos, y hemos gastado todo nuestro tesoro amasado a lo largo de los meses trabajados afanosamente. Vaya panorama,¿realmente es para deprimirse?. Ni mucho menos, todo lo contrario. Podemos vivir momentos frustrantes y generadores de más desdicha que gracia, pero aún así, son momentos vividos. Y cada uno de ellos tienen mucho que aportarnos, detrás de cada sensación, de cada minuto invertido hay toda una fuente de sabiduría, esperando a ser descifrada por nosotros, por cada valiente, que decida no amargarse y retorcerse en la desdicha, si no superar y disfrutar hasta de lo más desagradable.
¿ Y tú, de qué tipo eres?. ¿De los cobardicas que lloran sus penas por las esquinas, o de los valientes que plantan cara a la vida y que intentan sacar el provecho de cada minuto vivido, aunque eso conlleve dolor o pena?. Si tu opción es la primera, sólo me queda ofrecerte un paquete de pañuelos y un hombro en el cual llorar.
Si tras pasar unas vacaciones algo decepcionantes tu postura es la de un valiente devorador de la vida, a la cual no le asusta ni las hambrunas ni las indigestiones, entonces si tengo mucho que decirte. Decide tú mismo qué hacer, seguir leyendo o plegar este folio y arrojarlo a la papelera o para reciclar.
Lo vivido ya está vivido, ya no puedes volver a cada instante pasado, ya no puedes modificar las rutas recorridas, ni los hoteles seleccionados, no puedes recuperar el dinero gastado, ni si quiera la ilusión por visitar Argentina, Paris, Marruecos, Portugal , etc. ya no puedes cambiar nada.¿Seguro, no puedes cambiar nada, no puedes hacer nada al respecto para sentirte mejor?. Piensa un poco, yo creo que sí, hay mucho que transformar para dejar de sentirte como hasta ahora. Pensemos e imaginemos por un momento cómo habría sido
tu viaje deseado...

Crónicas en motor ...

CRÓNICAS DE UNA PEATON EN TRANSICIÓN.

CAPITULO II.


LLEGASTE A MI COMO CAIDO DEL CIELO.

Dar contigo fue un afortunado golpe de suerte. En esta partida alguien lanzó el dado por mi, y sin duda sacó seis. Aunque yo prefiero creer en el sentido de todas esas casualidades .Que una fuerza superior manejó los hilos necesarios para que tú aparecieras en mi vida, justo en este preciso momento, cuándo menos te esperaba. Cuándo mi actitud era de expectativa más que de acogida, te plantaste frente a mi, solicitándome un gesto de hospitalaria bienvenida. Sabías que ibas a ser abandonado, eso siempre termina sabiéndose. Aunque pretendamos engañarnos, si logramos quitarnos la venda y reunir el valor suficiente para analizar fría y concienzudamente cada paso dado, cada acontecimiento ocurrido, terminamos llegando a un destino nada agradable ni deseado. Aceptar, que en breve, no nos querrán y prescindirán de nosotros no es muy grato.

Con la experiencia de trece años de convivencia y el rodaje de 73.000 km. en compañía, tenías que aventurarte a comenzar una nueva vida. Pensaste, que como los otros anteriores, recogerías tus cosas, sin a penas pedir explicaciones, y abandonarías, el que hasta ahora había sido tu hogar, trasladándote de nuevo a tu casa. Aquella, que un buen día te vio partir feliz, deseoso de iniciar una vida en compañía. Teníais muchos planes y proyectos. Ambos apostabais por un futuro juntos. Cada uno de vosotros dio lo mejor de sí y colaboró todo lo posible para alargar la vida de vuestra historia. Y, sin saberlo, me crucé en tu camino, aparecí un buen día nerviosa y pensativa, frente a ti. Que casualidad, alguien muy cercano a tu “ex”, fue quién nos presentó. Y aunque yo, en esos momentos, reconozco, que no estaba muy receptiva.