lunes, 7 de febrero de 2011

HISTRORIAS EN UN SIMCA 1000.


VILLA CANELO.

- Ya se puede usted hartar a tocar, no le abrirán.-
- Buenos días, llevo ya un rato, y no contestan. ¿Sabe dónde puedo encontrar al Sr. Sepúlveda?-
- Muy buenos, pues lo tiene difícil, llega tarde.-
- ¿Cómo, si he llegado antes de la hora quedada?-
- ¿Quedó hace mucho con él?-
- Pues la semana pasada, ayer le confirmé mi visita por mensaje al móvil, pero me extrañó no recibir su respuesta.-
- Evidente, me parece, que hasta el momento mensajes celestiales o del más allá a través de móvil no se dan. Aunque con estas modernidades nunca se sabe.-
-¿Cómo, ha dicho celestial? No entiendo.
- Falleció hace cuatro días, de repente. En medio de su paseo matutino habitual. No se le pudo reanimar. Fue fulminante.-
- Vaya, no me diga, que contrariedad, pobre Sr. Sepúlveda, se le notaba tan vitalista y activo. ¿Estaba en buena forma, verdad?-
- El mejor de todos, un chileno apuesto y hogareño. Le conocía todo el pueblo, se hizo de querer el jodío. Un golpe así, lo hemos sentido mucho. Esto no se hace, irse así sin avisar. No somos nadie.-
- No me extraña, a mi también me ha dejado fatal esta noticia. ¿Y ahora qué hago yo? En la redacción me esperan con la entrevista, las fotos, etc. para ultimar su montaje, se supone que salía en antena en un par de días.-
- ¿Entrevista, fotos, la tele, usted es de la tele?-
- Perdone, ni me he presentado, disculpe, soy Rogelio Márquez, reportero de Canal 6. Nuestra cadena emite unos reportajes sobre emigrantes afincados y totalmente integrados en España. Damos a conocer su origen, las razones que motivaron su partida y cómo se sienten en este nuevo hogar. –
- Vaya, que interesante. Amadeo podría haberles dado mucho juego, menuda su historia. El muy gamberro se ha ido a la tumba sin soltar prenda. Eso sí todo un personaje hasta para dejarnos. El notario no sale aún de su asombro.-
- Perdone, ¿usted se llama...?-
- Ay hijo, que con tanta cháchara sobre el chileno se me olvidó ser cortés y presentarme, soy Ceferino, Ceferino Latorre.-
- Ceferino usted conocía perfectamente al chileno, salta a la vista, ¿podría hablarme de él?, francamente siento curiosidad por su historia. Me pareció muy agradable e interesante por teléfono. Vamos, que me causó muy buena impresión.-
- No me extraña Amadeo no dejaba indiferente a nadie. Verá a mi no me gusta cotillear, pero si tiene unos minutos y me promete ser respetuoso con lo que le cuente, podemos ir al bar de la plaza. Tomemos un carajillo, que con este frío, se agradece, y le cuento.-
- Me parece muy buena idea, de momento déjeme llamar al trabajo para que avise del cambio de planes. Y no se preocupe que todo queda anulado, lo que escuche no saldrá de mi, tan sólo servirá para saciar mi curiosidad personal.-

Rogelio se gira, alejándose del vecino, y baja la voz: -Patricia, soy Rogelio, escucha el chileno ha fallecido, se nos va al traste el reportaje de emigrantes. Avisa a Roberta para que improvise cualquier cosa. Yo me quedo unos días aquí creo que tenemos una exclusiva y podremos sacarle jugo, después de todo, esto va a ser una coincidencia millonaria. Ahora no puedo hablar más, te dejo, seguiré en contacto.-

-¿Joven, va ese carajillo?-
- Sí, por supuesto, problema resuelto.-
- ¿Desde cuándo lo conoce?-
- Desde que llegó, Amadeo tuvo que salir huyendo de Chile, tras el golpe de Estado de Pinochet, aunque no secundaba las filas de ningún partido político, de todos era sabido su tendencia. Un intelectual progresista en lucha activa por la justicia, la igualdad y la protección de los más desfavorecidos.-
- ¿Fue escritor?-
- De todo un poco, pintaba, escribía e impartía clases, ahí era dónde su ser se transmitía de forma voluntaria. Siempre decía que la cultura y la educación nos salvarían. Era un humanista que practicaba con el ejemplo. –
- ¿Y por qué eligió este pueblo? ¿Tenía parientes o conocidos?-
- No, llegó a mediados de 1974, las cosas en Chile ya se habían puesto muy difíciles y buscó algún lugar perdido y remoto dónde pudiera pasar desapercibido. Tenía claro que sería España, por el idioma, y aunque la situación aquí con Franco no era la más favorable, pintaba época de cambios. Y pensó que podría sumarse a ellos.-
- Vaya, no me diga, ¿formó parte de los pensadores liberales que apoyaban la democracia y la monarquía parlamentaria?-
- No hombre, no. Amadeo llegó silencioso, con su acento y su ropa rara, con ese coche que conservó hasta su último día de vida. Un simca mil plateado. Compró una vieja finca alejada del pueblo en su día. Y poco a poco la remodeló. Dio trabajo a un par de muchachos del pueblo, siempre ha sabido ser un buen jefe, generoso y práctico. No era un ricachón caprichoso. Sabía perfectamente qué quería y quién debía asesorarle.-
- ¿Villa Canelo?-
- Exacto, reprodujo una hacienda chilena en medio del monte aragonés, en este pueblo. Su empeño máximo era sentirse como en casa al otro lado del charco.-
-¿Le costó integrarse?-
- Que va, usted no entiende nada. Escúcheme, Amadeo se ganó a todos nosotros, no tuvo que hacer nada especial para ello. Simplemente ser él mismo. Se relacionó desde el primer momento con todos. Dio trabajo, clases gratuitas a los jóvenes que lo precisaban, enseñó a bailar a los mozos que querían ligar. Apoyó los proyectos de las mujeres para crear una cooperativa alimenticia. No contó nada de su vida y escuchó deleitado la de todos los demás. No censuró, ni criticó, animó, aplaudió las ideas de los demás y sobre todo motivó a que estas brotaran. Tan sólo mantuvo su pequeño mundo chileno en su casa y en su coche.-
- ¿Estuvo en su finca, en la casa?-
- Por supuesto, varias veces, sobre todo los últimos años. Se convirtió en el hogar de todos. Nosotros los viudos o solteros, las almas solitarias nos uníamos y entre todos consumíamos el tiempo lento y perezoso. Juegos, charlas, lecturas, chistes y música nos mantenía entretenidos, unidos y activos. De eso también se encargó el chileno, menudo era el tío, no podía ver a nadie vagueando. Villa Canelo fue su hogar chileno en España, fue ese árbol sagrado de frutos carnosos, fue su morada aislada de la violencia, la sin razón y la injusticia.-
- Ceferino acláreme una cosa.-
- Usted dirá...-
- ¿Cómo podía pasar desapercibido, y no llamar la atención de los seguidores franquistas con todo eso que me ha contado?-
- Pues muy sencillo, ese coche raro ahora y hace unos años, pero en su momento era uno más, el simca 1000 sólo lo cogía para acarrear víveres o para llevar a algún vecino al hospital más cercano. Con lo que siempre se le solía ver caminando. Una vez aquí fue desechando su ropa y vestía como uno de nosotros. Su casa contenía adornos típicos de su país, pero también de muchos otros sitios, parecía un museo de sus viajes por el mundo. Y la gente le quiso tanto que nunca nadie levantó sospechas de él.-
- ¿Y ese coche, sigue en la villa?-
- Hasta ayer creo que sí, pero Rafael debía recogerlo hoy.-
- ¿Y fue ya su entierro, imagino que muy concurrido?-
- Hace dos días, por supuesto, todo el pueblo.-
- Pero, ¿Amadeo estuvo solo, vino solo de Chile?-
- Completamente solo, dicen que su mujer y su hija fueron víctimas de un arresto pro seguridad nacional.-
- ¿Desaparecieron?-
- Peor aún, fueron torturadas. Jamás las olvidó y reinició su vida sin más compañía que la de su huerto y su invernadero, el cual albergaba todo tipo de árboles y plantas típicas de su país. Fíjese si era cabezón que se empeñó en ser enterrado junto a su casa, pero que antes de ello debía recorrer su féretro las calles del pueblo en un simca fúnebre.-
- ¿Cómo?-
- Dejó ante notario, que ya que no había podido vivir en Chile, quería morir en lo más parecido a su entorno. Allí existen este tipo de coches de muerto. Vamos que le dejó una fotografía al notario para que no tuvieran dudas.-
- ¿Pero a quién dejó su testamento?-
- Pues al pueblo, a todos y cada uno. La lectura se hizo en la plaza. Todos teníamos algo que recibir y algo que dar.-
- ¿No me diga, y consiguió sus deseos?-
- Bueno en ello estamos.-
- ¿Y eso? Explíquese mejor Ceferino. ¿Tan raro es lo que pedía?-
- Este chileno es único hasta para morirse, genio y figura hasta la sepultura. Verá Andrés el mecánico, tuvo que mover cielo y tierra para dar con el dichoso cochecito, no crea que fue fácil. Al parecer una antigua funeraria, ya cerrada, tenía entre sus desechos uno de estos coches. Trabajó concienzudamente, él, y medio pueblo, y en un par de días Amadeo fue paseado por las calles de su pueblo como deseaba, antes de recibir el responso.-
- No me diga, lo consiguieron.-
- Sí, pero todo no queda ahí. A mí me dejó su colección de cuadros, muchos pintados por él y otras joyas adquiridas a lo largo de su vida. Sabía lo mucho que me gustaban. Siempre le ponía a prueba, le retaba con mis críticas y sugerencias. Era mi forma de motivarlo para que siguiera pintando. Por supuesto la cosa no queda aquí, a cambio debo organizar todos los años como mínimo, una exposición en Villa Canelo para que puedan ser vistos por todos aquellos que lo deseen. Debo divulgarlo por todo el mundo, ¿Usted se cree? Menuda me ha tocado.-
- ¿No me dijo que murió de repente? ¿Cómo pudo concretarlo tanto?-
- ¿Extraño, verdad? Pues verá hizo testamento por primera vez tras el golpe de estado de Tejero, menudo infeliz ese teniente coronel. Bueno, pues Amadeo se acojonó y nada más levantarse marchó a la ciudad en busca de un notario, creía que podría aparecer fusilado o ser raptado, en cualquier momento. Por lo que pudiera suceder no quería correr riesgos, fue su forma de asegurarse, de mantener al menos sus creencias y su espíritu entre nosotros. Sí ya lo sé, cosas raras de temerosos idealistas. Aquel testamento fue seguido de muchos otros, cada febrero el notario recibía un sobre con el último actualizado. Este viejo loco tenía todo un año para idear como involucrarnos a todos con sus milongas. Decía que si la unión, que si el pueblo es soberano, que si debemos hacer de este mundo un paraíso y no una cárcel, y que todo eso dependía de nosotros, estaba en nuestras manos. Por eso ideó a través de su herencia, sabiendo lo agarrá que es aquí la gente, comprometernos y obligarnos a estar unidos al menos en el cumplimiento de sus últimas voluntades. Hay que joderse con el chileno, ¿era listo eh?-
- Si que tuvo tiempo para maquinarlo.-
- La casa, Villa Canelo se la dejó a Paquita, la guía turística del valle. Puede gobernarla a su antojo incluso lucrarse con ella, pero debe respetar mis exposiciones y ceder sus instalaciones para el disfrute de unas vacaciones a gente que hasta ahora se haya visto privada por su baja economía.
La colección de libros y enciclopedias fue a parar a manos del director de la escuela, por supuesto debería abrir una pequeña biblioteca para que todo el pueblo pudiera hacer uso de ellos.
Sus mejores trajes y las reliquias de su esposa fueron para Gregoria, nuestra modista, le dio plena libertad para hacer y deshacer lo que gustara, eso sí, siempre y cuando cada año se encargara de organizar y confeccionar los disfraces de carnaval.-
- Quería que la gente lo festejara.-
- Era de los que opinaba que una fiesta compartida une más que cualquier obligación impuesta.-
- ¿Pero aún quedan más cosas por repartir?-
- Ya lo creo, para el frutero fue el huerto y el invernadero. Aunque un porcentaje de kilos y ganancias iría para alimentar a los más necesitados. No quería que nadie pasara hambre. Como hacía en vida. Se enteraba de que alguien no comía y una cesta repleta de fruta y verdura aguardaba en su puerta.-
- Ceferino, una duda.-
- Usted dirá.-
- ¿Al pobre mecánico sólo le dejó la obligación de buscar el coche fúnebre?-
- No, vaya debo habérmelo saltado, es que esta memoria ya me falla, disculpa hijo. Amadeo conocía los gustos de su hijo y la necesidad de trabajar. Así que a cambio de aquella gestión donó su simca 1000 plateado a Rafael, para que ejerciera de taxista en el pueblo, ese servicio no existía y cada vez es más necesario. Y por último sus pequeños ahorros, son para el director del banco, bueno no para él, sino para crear un fondo depositario, para ser utilizado en proyectos y negocios del pueblo que generen empleo.-
-¿Y la gente cómo lo ha acatado?-
- Pues al pie de la letra. Cualquiera se atreve a llevarle la contraria. Dejó bien detallado ante notario todo lo que nos haría de no cumplirlo.-
- No me diga, ¿amenazas post mortem?-
- Apariciones, pérdida de objetos y cambios de lugar, agresiones, voces, etc. Nos acojonó, aquí la gente es muy supersticiosa y antes de tentar su suerte prefieren cumplir los deseos de un muerto. Además todos lo queríamos mucho y nadie le haría un feo. Cuidado Rogelio, que como indague mucho más se verá contagiado por su espíritu y seguro que algo le pide a cambio.-
- No me asuste Ceferino, que yo estoy de paso.-

Rogelio pidió permiso y pasó un par de semanas alojado en Villa Canelo, conoció a todos los habitantes y vecinos de Amadeo. A su llegada a Madrid se enfrascó en su despacho y no salió hasta que consiguió darle forma. Un mes más tarde un periódico de gran tirada nacional regalaba un magacín sobre la vida de Arnaldo Vargas,fiel reflejo de la de Amadeo, Rogelio respetó su privacidad y cumplió su palabra. Las ventas de dicho periódico se triplicaron, tanto los derechos de autor como un porcentaje considerable de dichas ventas formaron la Fundación Canelo para la educación y la formación.

NIEVES JUAN GALIPIENSO.
4/2/2011.