martes, 23 de noviembre de 2010

NÚMEROS ROJOS.



Saco la cuenta, y me faltan dedos para calcular las lágrimas y el tiempo sin tu presencia. Aposté fuerte y no siempre gané. Robé horas de sueño, de ocio, de ilusión, creyendo que aseguraba mi eternidad, mi puesto de trabajo, mi economía y tu amistad.

Doblé la apuesta para recoger más, para multiplicar mis activos y triplicar tu cariño, y tan sólo recogí deudas y ausencia, te extraño tanto, que una idea atormenta sin freno ni descanso todo mi ser, ¿qué puedo hacer para recuperar, para recuperarte, volver a arriesgar? ¿Jugar sin medida lo único que me queda, estos minutos acumulados de vida?

Me siento derrotado, destronado de mi propio reino lleno de cosas inútiles, carente de lo auténtico. Tiempo, oportunidades, sentimientos, poder, posición y personas han ido a la quiebra, en bancarrota, mi balance vital muestra de forma cuantitativa esta pérdida generalizada.

Deseaba ganar, invertí para triunfar, para conquistar, y perdí amigos, familiares, coches, casas, dinero y hasta nuestro hogar. Te perdí, antes que nada, y después que todo, anhelo recuperarte.

Tal vez me alisté en el equipo equivocado, tal vez erré en el método de entrenamiento, o fueron las formas las que no consiguieron el resultado deseado y esperado. La pérdida ha encontrado mi vida de paso y ha decidido hospedarse en ella por algún tiempo. Que se pierda esta mala racha, que se pierdan y se consuman estos alientos que me separan de ti. Que desaparezca la distancia y se pierda tu ausencia. Que se pierda por un agujero tanta desdicha cuando nos encontremos.

¡Pérdida, piérdete ya!


NIEVES JUAN GALIPIENSO.
23/11/2010.