miércoles, 26 de enero de 2011

HISTORIAS EN UN SIMCA 1000.


CON UN PAN BAJO EL BRAZO.
- ¿Sra. Roque? Pase por favor, enseguida la enfermera le dará sus resultados.-

- Sí, perfecto, ¿por aquí?-

- Sí en la primera puerta.-

- Muchas gracias. Buenos días, ¿para recoger unos resultados médicos?-

- Buenos días, ¿la Sra. Roque?-

- Exacto, esa soy yo.-

- Muy bien aquí tiene su sobre. La empresa ya recibe el comunicado general de aptitud de todos sus empleados. Este informe es exclusivamente para usted. Revíselo concienzudamente, los doctores le habrán indicado cómo proceder en base a sus resultados.-

- ¿Pero, hay algo extraño, algún problema?-

- No, tranquila, no suele pasar nada, es un control rutinario que su empresa está obligada a realizar cada año, pero debe revisar su analítica, en el caso de que algún valor esté alterado, y sólo si ese caso se da, tendrá indicado qué hacer al respecto. ¿De acuerdo?, lo más habitual es que su informe no contenga comentario alguno, así que no se preocupe y tan sólo mírelo al completo.-

- Si claro lo haré en cuanto llegue a casa, me están esperando en el trabajo y debo reemplazar a mi compañera. Muchas gracias por todo.-

- De nada y que tenga un buen día.-

- Gracias, igualmente.-

Silvia dejó su informe en el asiento del copiloto y rezó para que su coche un viejo simca 1000 arrancará a la primera. Nadie entendía, ni siquiera ella porque seguía conduciendo esa antigualla. El mismo pensamiento la atormentaba siempre que precisaba rapidez y urgencia: - tengo que cambiar de coche.- Idea que se desvanecía cada vez que lograba salvar el pellejo y salir con apuros de cada contratiempo automovilístico.

- Andrea ya estoy aquí, vamos marcharte, ¿qué haces todavía con el uniforme?-

- Hola Silvia, ya has llegado. No quería dejar esto solo, por eso me lo he tomado con tranquilidad. ¿Qué tal te ha ido la consulta?-

- Bien, sólo he recogido los informes, ni siquiera los he podido ojear.-

- ¿Necesitas que me quede más tiempo?-

- No guapa, muchas gracias, vamos vete ya. Estoy lista para cubrir el puesto.-

- Entonces me marcho, hasta luego, que te sea leve, chao.-
- Sí, lo será, seguro, hasta luego.-

La jornada en la tienda de ropa se desarrolló sin ningún altercado. Otro martes más sin pena ni gloria que finalizaba. Silvia deseaba llegar a casa. Al subir al coche y ver el sobre recordó que aún tenía pendiente el dichoso informe. Aprovechando la espera por la cola de tráfico y la sucesión de varios semáforos en rojo, pudo abrirlo y examinar el contenido por encima, pero algo le llamó la atención.

- Hasta ahora todo normal, un asterisco en negrita, algo pasa. A ver que lea con atención: “Los índices resultantes inducen a un posible embarazo, debe contactar con su médico habitual y realizar de nuevo otra analítica, le recordamos que todo el proceso debe ser seguido por los especialistas asignados por la Seguridad Social.” ¿Embarazada?, ¿cómo que embarazada? ¿Es una broma, no? No puede ser... Puede ser, pero no debería ser, por favor, por favor, embarazada no, no es el momento. Dios mío, ¿qué voy a hacer?-

Su mente se nubla y decide centrarse en la conducción. Tira los papeles al asiento y avanza preocupada y nerviosa. Una vez en casa relee todo el informe contacta con su amiga enfermera le consulta el dichoso índice, sin decirle que es suyo y la respuesta de su amiga es contundente.

- Silvia alguien que presente esos valores es que está embarazada, sin duda. ¿Por qué lo preguntas?, ¿son tuyos, estás embarazada?-

- No, no, tan sólo era una pregunta. Estoy leyendo una novela y aparece este dato y no me quedaba claro, aunque por el contexto me lo imaginaba quería asegurarme.-

- ¿Y me llamas a las 22.00 h para resolver una duda literaria? Silvia que no cuela, vaya excusa chapucera te has buscado. ¿Silvia qué pasa? Vamos puedes contármelo. ¿Eres tú, verdad?-

Silvia se derrumba, la voz resquebrajada ahogándose en llanto la delata.

- Eso creo, no lo sé seguro, Dios quiera que no sea así, y que se trate tan sólo de un error. ¿Claudia qué voy a hacer, madre mía cómo salgo de esta?-

- Silvia, escúchate, ¿cómo imploras a Dios? Se supone que esto es un milagro, una bendición, ¿cómo le pides que deshaga la vida que ha creado, que has creado tú y el padre? Si vieras los casos que vienen a la clínica, la cantidad de parejas que desean lo que hoy tú tienes.-

- Claudia, por favor no me reproches. No veo nada con claridad y en estos momentos lo que menos necesito es esto.-

- Silvia, cariño, perdóname, de verdad he sido un desastre. Cielo tranquila, sé que lo ves todo negro. Nunca has sido una insensata, e imagino que si estás apurada tus motivos tendrás. Pero, nena no te sientas sola en esto, ¿vale? Déjame intentarlo de nuevo, dame otra oportunidad para demostrarte que puedes contar conmigo.-

- Gracias, Claudia, siento lo dicho, me he precipitado y seguro que luego me arrepentiré, no me lo tomes en cuenta. Claudia tú no conoces mi situación y francamente ha llegado cuándo menos lo esperaba y no es el mejor momento. Aunque eso poco importe, si como dice este informe, estoy embarazada.-

- Bueno Silvia, lo mejor es que mañana te pases a primera hora por la clínica hablaré con la gine, de las tres que hay de turno prefiero que te vea la Dra. Andrada. Tranquila estás en buenas manos. Repetiremos todo, nos aseguraremos y después se verán las alternativas. Ahora intenta dormir, igual nos estamos precipitando con todo. No podemos sacar conclusiones a estas horas ni con los datos que tenemos. Olvídate, cena y descansa. Mañana comenzaremos a ver soluciones.-

- Lo intentaré, gracias por todo y perdona este asalto. Mañana nos vemos.-

- Hasta mañana y no te angusties, todo saldrá bien, ya verás.-

- Otra vez a pedir permiso en el trabajo, no puedo pedirle de nuevo el favor a Andrea y ni permitirme perder un día de comisiones e incentivo, tal y como está la cosa, el dinero es imprescindible. Que asco de situación, nunca me he afanado al dinero, y ahora lo cuento y lo recuento para intentar llegar a fin de mes. Y Carlos en Salamanca, el debe saberlo todo, pero mañana tiene una prueba importante, si falla no le renovarán y necesitamos que siga trabajando, aunque sea en Salamanca, y más si aumentamos. Mejor no diré nada hasta que esté segura. Así él podrá seguir sin presiones. Le mandaré un mensaje de apoyo, espero que no me llame esta noche, porque si me oye la voz sabrá que ocurre algo.-

Después de toda esta reflexión en voz alta, Silvia coge su móvil y comienza a teclear: “Hola cariño, ¿qué tal el día? Por aquí poca cosa. Me marcho a la cama, sólo desearte suerte, aunque sé que no la necesitas. Mañana todo irá genial y lo conseguirás. Tengo a los espíritus revueltos. Santoral y demás ánimas están invocados. Descansa y tranquilízate, todo ira genial. Besos y ya me cuentas.”

- Buenos días Silvia, vaya ¿no has dormido mucho eh?-

- Buenos días, como lo sabes, ¿eh?, mi cara me delata, ¿vedad? –

- La Dra. Andrada ya está puesta en antecedentes, no te preocupes tenemos tiempo, y yo estaré contigo en la consulta todo el tiempo.-

- Gracias Claudia, no te imaginas lo que significa. He traído los informes de la mutua por si os sirven.-

- Ah, genial, se los daremos también a la doctora. Ven pasa a la consulta y siéntate, primero charlaremos un poco.-

- Si, como digas.-

- Buenos días, ¿Silvia Roque? Soy Emma Andrada, tu ginecóloga, al menos en esta ocasión. Claudia ya me ha contado algo prefiero conocerlo de primera mano, vamos en persona.-

- Buenos días, si soy Silvia. Agradecida por su atención. Verá ayer recibí los resultados del reconocimiento médico anual, ya sabe que se suele hacer en el trabajo. Y me indicaron que era posible que estuviera embarazada, los traje por si podía serle útil.-

- Si acabo de echarles un vistazo, todo está genial, no tienes por qué preocuparte. Y sí, si esos valores son reales estarías embarazadísima. ¿Es imposible que lo estés, o hay algo que te haga desconfiar de esos resultados?-

- Verá no he sentido nada extraño, tuve mi última regla normal, puntual y como siempre. Utilizamos métodos anticonceptivos. En estas últimas ocasiones por duplicado. Llevo cuatro meses tomando la píldora por otros temas hormonales y como segundo medio de prevención el preservativo.-

- Vaya es raro que ambos hayan fallado. Tenían claro que no era el momento idóneo para ello, ¿verdad?-

- Sé que no le interesará mi vida. Pero no soy una caprichosa egoísta. Mi pareja lleva meses fuera, llevaba mucho tiempo parado, es gruista. Nos conocimos ya parado. Hace unos meses consiguió una oferta de empleo en Salamanca y yo le animé a que la cogiera. Solíamos vernos los fines de semana antes de irse. Y después fines alternos. Llevaba mucho tiempo sin pareja, de hecho había descartado esa posibilidad, tal y como está el personal. Carlos ha sido un regalo y aunque ambos somos ya mayores y no tenemos hijos, aunque nos queremos y deseamos poder tener una vida en pareja, hay que trabajar y pagar. Por eso tuvimos claro que no era el mejor momento para tener hijos. Primero por la distancia, segundo por la inestabilidad económica y tercero porque no queríamos que fuera una imposición: hay que tener un hijo porque se nos pasa el arroz. Hablamos de planearlo, de desearlo y dejar que la naturaleza siguiera su curso cuando viviéramos juntos y trabajáramos ambos para poder hacerle frente.-

- ¿Y nada de eso ha pasado, verdad? A veces es curioso, pero todo lo no planeado se impone por alguna razón, desconocida para nosotros, pero evidente para la vida. Vamos a repetir las pruebas si has venido en ayunas podemos extraerte sangre y la muestra de orina también será válida, pero para ello debes estar en ayunas.-

- Si lo estoy, no he podido pegar ojo ni probar bocado desde anoche.-

- Muy bien Silvia, no te apures. Voy a examinarte, pero primero la muestra de sangre y de orina. Y después veremos todos los resultados, las posibles alternativas y decidiremos. Pero ante todo vamos a intentar que todo sea lo más natural posible. Es una situación difícil pero buscaremos los apoyos y el lado positivo para reforzarnos.-

- Dra. Nunca he contemplado la posibilidad de abortar, nunca se me había pasado por la cabeza ni siquiera la posibilidad de ser madre. Hace mucho tiempo renuncié a ello, cuando mis amigas ya eran mamás y yo seguía sin pareja. Soy consciente de mi edad y de mi realidad, y aunque como dice Claudia es un regalo, tengo mucho miedo a fracasar, en mi trabajo las cosas están pendiendo de un hilo. Carlos hoy mismo se está sometiendo a una prueba para conseguir la renovación de su contrato, y eso conllevaría seguir alejado de mí. Que no lo consiga, lo acercaría a mí, pero si somos tres con mi trabajo sólo no podremos. Y llevar un embarazo trabajando y sola no sé si podré afrontarlo. No sé ni lo que quiero, ni que es mejor. Me siento tan confusa, tan débil, tan sola.-

- Vamos Silvia, no te pongas así. Estas lágrimas también forman parte de su revolución hormonal, cielo, claro que estás insegura y débil. Lo estarías igual aunque fueras la princesa de España. Todo este proceso te va a provocar muchas alteraciones emocionales. Por favor no te sientas culpable por ello. Te entiendo perfectamente. Simplifiquemos, no podemos controlarlo todo. Ni programarlo, así que una cosa detrás de otra.-

- No me he atrevido a decirle nada a Carlos, no quería preocuparlo, debe estar concentrado y superar su reto. ¿No sé si he hecho bien, o debería comunicárselo y variar todo? Que lío, ¿Qué debo hacer?-

- De momento, secarte las lágrimas, ir al baño para recoger tu orina y extender ese precioso brazo a Claudia para que te extraiga la sangre. Vamos poco a poco.-

- Sí, ¿dónde está el baño, por favor?-

Realizadas todas las pruebas, Silvia es citada de nuevo en unos días. Los resultados ya están claros y las alternativas expuestas. Silvia va en su simca 1000 pensando cómo decírselo a Carlos. Cuando recibe una llamada de él.

- Guapa lo he conseguido, cariño sigo trabajando, acaban de darme la buena noticia. ¿Silvia, me oyes, estás ahí?-

- Sí, sí, que bien, lo sabía, me alegro mucho por ti. Genial...-

- Silvia, te tiembla la voz, ¿qué pasa? Te noto rara. ¿Estás llorando?-

- No, bueno sí, es evidente, pero no pasa nada. Estoy muy contenta por ti.-

- Yo casi también lo hago, me he emocionado mucho. No te preocupes por la distancia, buscaremos tiempo para nosotros, ya verás.-

- Precisamente no es eso lo que más me preocupa ahora, seguro que sí, que habrá tiempo para ello. Carlos voy conduciendo y no puedo seguir hablando.-

- Cariño, no te preocupes, esta noche te llamo y te cuento con más detalle, ¿vale? Un beso, te quiero mucho. Ve con cuidado en ese simca. Te llamo luego.-

- Sí lo haré, vale esta noche seguimos. Besos.-

Silvia conecta su limpiaparabrisas, cree que retirará la lluvia de su vista. Pero fuera de su coche el sol brilla y no cae ni una gota. Sólo en su escenario la vida se ha tornado gris, sólo ese coche conoce todas sus conjeturas, sus dudas, frustraciones y miedos. De camino a casa ensaya cómo decírselo a Carlos, sabe que de esta noche no pasa. Le habla al coche como si fuera un espectador, como cuando preparaba sus exámenes de derecho. Tal vez por eso no se ha desprendido de él, heredado de su madre, ha pasado media vida a su lado.

- Carlos no me interrumpas, por favor, tengo algo que decirte y si no lo hago de tirón no podré. Antes de que digas o pienses nada, ten muy presente que te quiero, que sólo deseo tu bien y que no pretendo con esto ni con nada ser una carga para ti u obligarte a algo. Conocerte fue un regalo y poder disfrutar de nuestro amor una bendición. Siempre hemos sido consecuentes y hemos sabido adaptarnos a las situaciones que la vida nos ha ido presentando. Estando tú en Salamanca y yo en Alicante pocos milagros podíamos hacer, y ambos sabemos lo importante y necesario, que es, por desgracia, el trabajo. Sé que debes seguir en Salamanca y yo aquí, pero no sé si podré sola. No sé si las fuerzas me asistirán, y a Dios le pido que me ayude en esta nueva etapa, porque trabajar embarazada y sola no es fácil. No es el mejor momento, no ha sido buscado, fallaron los dos métodos. Se ha empeñado en llegar a la vida sin contar con nadie. Estoy muerta de miedo, pero sé que no puedo acabar con esto. Ojala estuvieras aquí y pudiera decírtelo en persona, ojala estuviéramos juntos desde el principio, llevo unos días de incertidumbre horribles. No te pido nada, tan sólo te hago partícipe de parte de tu nuevo futuro. ¿Carlos que voy a hacer? Esto va a ser duro, ojala estuvieras conmigo, necesito tanto un abrazo.-

Silvia se seca las lágrimas, ha llegado a su destino, estos minutos de conducción le han ayudado a preparar su exposición, coge su bolso, el móvil y al acercárselo a la cara escucha:

- Silvia, cariño. No temas, no estás sola en esto. Tendremos ese hijo, tú, si eres una bendición. Tu llegada a mi vida ha sido un milagro. Trabajaremos y lo haremos felices porque es muy grande e importante nuestra motivación, una personilla sonriéndonos y mirándonos totalmente dependiente de nosotros. Me encantaría estar ahí, pero amor mío, escucha mi voz, porque con ella, pretendo abrazarte, consolarte y llenarte de ánimo y valor. Juntos podremos. Somos un equipo feliz de aumentar su plantilla con sabia nueva. ¿Silvia me oyes?-

- Sí, ¿pero qué haces aquí? No he oído tu llamada, ¿y cómo lo sabes todo?-

- Creo que no colgamos ninguno de los dos, en la llamada anterior, confiamos en que el otro lo haría. Tu coche me lo ha confesado, ese simca que tanto detesto, mira por donde me da la mejor noticia de mi vida.-

- ¿Me has oído ensayar cómo te lo contaría?-

- Todo, te iba a avisar, pero he sido obediente debía escucharte con atención, era tu tiempo. Llegaré lo antes posible, y planificaremos nuestra agenda ginecológica, te acompañaré siempre que pueda. Pediré todos los permisos que me sean posibles. Nos tocará estar días separados, pero serán los menos posibles. Cariño todo saldrá bien, somos unos supervivientes. No llores guapa, mírame, te estoy sonriendo, como siempre cuando vienes a mí angustiada. Te encanta que te sonría, bromeé y te abrace. Pues ahora lo mismo, y sé que estás sonriendo mientras te mocas.-

- Que bien me conoces, que asco, adivinas hasta cuando necesito sonarme. Vamos corta ya que esta conversación nos va a costar la torta un pan. Carlos muchas gracias, te quiero y siento agobiarme tanto. Ahora centrémonos en nuestros retos y a superarlos juntos.-

- Eso es preciosa, así me gusta oírte. Un beso enorme mamá, te dejo que por aquí me reclaman. Hasta luego corazón.-

- Sí vete, ya hablaremos. Cuídate y concéntrate en tu trabajo. Besos.-

Silvia y Carlos tuvieron a Jana, una preciosa niña. Los primeros meses fueron muy duros, pero Carlos puedo acogerse a un permiso especial por paternidad y distancia, más tarde consiguió que lo trasladaran a otra obra mucho más cerca de Alicante. Actualmente viven juntos comparten todas las tareas y responsabilidades y disfrutan de Jana. Silvia es responsable de tienda, lo que le ha posibilitado un horario más flexible y logró superar todas las etapas de su relación a distancia. Ahora quedan las que se dan en la convivencia. Ah, a los pocos días de nacer Jana, Silvia recibió una oferta por su simca 1000, le costó desprenderse, pero en él la silleta de Jana no cogía, y los cinturones de seguridad no cumplían las medidas requeridas. Dicen que los hijos vienen con un pan bajo los brazos, en este caso fue un coche nuevo y algo de dinero para pañales.

NIEVES JUAN GALIPIENSO.
26/1/2011.

1 comentario:

  1. Una bonita historia, emotiva y sincera, de una bella simplicidad que va directa a los sentimientos más complejos.
    David F. C.

    ResponderEliminar