martes, 1 de febrero de 2011

¿NOS VAMOS?


¿NOS VAMOS?

- Fernando, amigo mío...-
- ¿Antonio, eres tú? ¿Qué haces aquí?-
- Sí, el mismo, estaba de paso y no quería dejar de saludarte.-
- Como hacías siempre, cuándo cruzabas la calle para entrar a mi tienda y conversar, ¿recuerdas?-
- Ya lo creo, cada vez que mi mujer me mandaba a comprar lejía al quiosco.-
- Echo tanto de menos esos momentos.-
- Lo sé, yo también. Desde mi partida nada ha sido fácil. Me apenó mucho verte tan afectado, debía irme.-
- ¿Me viste, sabías lo afligido que estaba?-
- Por supuesto desde aquí se ve todo, se sabe todo, y todavía lo estás y no deberías.-
- Antonio, ha sido una carga muy dura, este último año ha sido un suplicio, tanta gente que quiero se marcha o se queda ausente.-
- Mírame, ahora estoy aquí como tú, en este triste hospital, hasta en eso nos vamos a parecer. Los días son interminables, me hacen todo tipo de pruebas, pero no saben qué me pasa. Me cuesta respirar, apenas como, me fatigo con facilidad y comienzo a cansarme de esta lucha sin cuartel.-
- Es duro, sé lo qué estás pasando, y qué más vas a vivir, por eso estoy aquí. No podía dejarte solo en estos momentos tan cruciales.-
- ¿Antonio esto se acaba, verdad? Mi corazón quiere seguir latiendo, pero mis pulmones duermen y se niegan a respirar. –
- No se acaba, se transforma, no temas, yo estaré contigo y te guiaré. Aunque no será necesario, tú siempre has sido muy listico, y no te perderás. Te están esperando, gente a la que quieres y añoras. Todo no es malo, partir de aquí, salir de estos cuatro muros te dará una nueva vida, ya verás.-
¿Pero, y los que dejo? Mi familia está preocupada, y sobrecargada, no soy el único enfermo y están doblando turnos y haciendo milagros para acudir a todo. Me siento una carga, tan culpable.-
- Fernando, tranquilo, no pienses ahora en eso, a dónde vas nada de esto importa. La culpabilidad, el cansancio, la enfermedad, la pena, etc. no existen. Verás el cambio, te sentirás pleno, seguro y sobre todo libre.-
- Antonio tú ya has pasado por esto, y si estás tan convencido será por algo. ¿Voy a sufrir mucho?-
- No, cierra los ojos, tu respiración se irá ralentizando. Al principio notarás algo de asfixia, pero si te relajas y no opones resistencia, serán tan sólo unos segundos. Después podrás respirar sin problemas, sin molestias, ni dolores. Te sentirás como nuevo, de hecho serás alguien nuevo. –
- Antonio, me ahogo, no puedo hablar.-
- Coge mi mano, ¿la sientes? ¿Me sientes?-
- Perfectamente, como si estuvieras aquí.-
- Lo estoy, aunque no me veas. No tengo la misma presencia, pero la esencia es la misma, y ella es la que sientes, por eso me reconoces tan claramente.¿Preparado, nos vamos?-
- Sí Antonio, siento marcharme así, sin poder despedirme de los míos.-
- Hazlo, todavía tenemos unos segundos.-
- ¿Cómo, si no puedo hablar, y mis ojos pesan hasta estando cerrados?-
- Con el pensamiento. Eso todavía está intacto. Piensa qué te gustaría decirles y ellos lo escucharan.-
- Ahí voy Señor dame fuerzas: “Tengo que marcharme, quedaros tranquilos, no estoy solo y voy a un entorno mucho mejor. No tengo miedo, estoy preparado. Aprovechar cada minuto, no perder el tiempo con banalidades, ser sinceros y cercanos. Y hacer siempre lo creáis oportuno, aunque nadie os siga. No estéis tristes por mi marcha, en la vida hay tanta alegría. Atraparla y llevarla por bandera. Que el amor sea vuestra insignia, la honradez vuestro escudo y la bondad vuestro lema. Os quiero, me he sentido tan estimado y cuidado que me faltan las palabras para daros las gracias. Os seguiré de cerca, siempre que me necesitéis ahí estaré, sigo a vuestro lado. Hasta pronto.”-

- Fernando debemos irnos, coge mi mano.-
- Marchemos pues.-

Revuelo en la UCI el paciente de la 753 ha fallecido tras dos horas de sedación por fallo respiratorio, sus familiares acogen con desconsuelo su destino y una nueva etapa se precipita antes de lo esperado y jamás deseado, siguen junto a él. Todo el protocolo se ha iniciado. Fernando Gómez comienza su viaje a casa para ser despedido y honrado por todos los que le queremos.

En memoria de Fernando Gómez, un buen amigo, parte de nuestra familia y mejor persona. Ya estáis juntos. 5/3/2010-28/1/2011.

NIEVES JUAN GALIPIENSO. 1/2/2011.

2 comentarios:

  1. Muy bonito y emotivo, estoy seguro que Fernando allá donde esté le diga a tu padre lo buena escritora y persona que eres, ellos ya lo saben, yo también y espero que mucha mas gente lo entienda así.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Dios!! que orgulloso debe de estar tu padre, NIeves, quë sensibilidad para tratar la despedida. Espero y deseo que sea así, que alguién que conozcamos nos tome de la mano y nos transmita paz.
    Esa forma de tratar la despedida es muy tierna y muy sentida. Con un respeto absoluto a ese sentimiento de nostalgía que nos queda cuando se marcha alguién que queremos.
    Por medio de tus escritos y cuando tratas este tema aprendo mucho Nieves, aprendo a tener serenidad y afrontar los acontecimientos como suceden, espero recordarlo y cuando llegue el momento poder actuar así.
    Gracias por regalarnos otro buen relato. Te quiere.Amelia.

    ResponderEliminar