domingo, 21 de marzo de 2010

ARDIENTE DESTRUCCIÓN.



ARDIENTE DESTRUCCIÓN.

En breve todo tocará a su fin. Cinco minutos para pronunciar las palabras mágicas en voz femenina, y el fuego arrasará tantos meses de trabajo, creatividad e ilusión.

Es momento para repasar, echar la mirada atrás y evaluar esta semana de infarto, repleta de cenas en comunidad, paellas numerosas, despertás ruidosas y horas, muchas horas de pie sobre tacones o espardeñas, noches tornándose día sin un descanso que los separe o distinga. Horas preparando, acogiendo, invitando, bailando y sobre todo celebrando.

Estruendo, ya no hay vuelta atrás. Las figuras llenas de color e ironía caerán al suelo, regresando a su punto de partida, pero esta vez convertidas en cenizas. Todos observan desde cerca, el humo se apodera del espacio. Y la sensación de destrucción está palpable.

Para unos, simplemente se acaba un periodo, otro año festero, fallero. Pero hay quienes viven este ritual como un proceso de superación. Atrás se deja un tiempo de propósitos, objetivos, metas, problemas, situaciones adversas, incluso frustrantes.

El fuego poderoso elimina todo lo malo y nos purifica, preparándonos para afrontar una nueva etapa. Reunidos frente a la decadencia de gamas vistosas, cartones tornados en vida y denuncias manifiestas, arrancamos de nuestro pensamiento todo lo dañino.

El calor de la hoguera reconforta nuestro corazón y nos recarga de energía. Listos para emprender otro día con la certeza absoluta, de que los problemas volverán y por supuesto se superarán.

Dedicado a dos ejemplos de verdaderos falleros y mejores amigos: Lourdes y Javi.

NIEVES JUAN GALIPIENSO.
VALENCIA 19/3/2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario