miércoles, 21 de abril de 2010

X. ELECTRICIDAD



X.ELECTRICIDAD.

“Fuera sopla el viento, fuera está lloviendo, un aullido aterrador”. Parece que el cielo revela tu interior. Ese miedo contenido, tanto silencio ensordecedor inunda cada hueco de esta habitación, aumenta el temporal y refleja lo que no supe evitar, no me tuviste, y ahora “yo te observo mientras duermes, respirando dulcemente, en la calma de esta habitación”. Sentada en este incómodo sillón repaso las últimas semanas. Analizo cada detalle, tus respuestas, aquellos gestos raros, achacados a tu caprichosa adolescencia, por mi torpeza o descuido. ¿Qué no supe ver? ¿Qué pista deseché?

Creo que si conservo cada segundo de tu aliento en el tarrito de mi conciencia, podré devolverte la vida, sacarte de este eterno sueño, en el que has decidido refugiarte, recuperando ese tiempo ya consumido, dándote una nueva oportunidad. En todo un cielo abierto a la esperanza, al futuro de tus 14 años, sin marcas. Sin cardenales, cortes, ni magulladuras de tanto golpe recibido, de tanta amenaza acumulada forjadora de ese muro protector, que un día, tu miedo levantó y que tanto impedía nuestro acceso. Cualquier acercamiento se tornó misión imposible para nosotros.

Pensamos que ésta, era una rabieta más de las tuyas, que duraba demasiado, pero que pronto pasaría y tus hormonas dejarían de jugarte malas pasadas. El enemigo no estaba dentro, no estaba en ti. Sabía perfectamente como acercarse, cómo acorralarte, sin dejar pruebas de ello, sin que hubiera testigos. Salir a la calle se convirtió en una tortura. Doblar cada esquina sin ir acompañado, sin mirar a todos lados comenzaba a pesarte. Sólo sentías alivio en casa.

Hoy estoy aquí sentada frente a ti, en esta habitación de hospital, deseando que abras los ojos, esos verdes grisáceos, que tanto enamoran. Esos que conseguían derretirme y librarte de cualquier bronca. Me tenías calada, sabías perfectamente cómo hacer uso de ellos para atormentar mi indulgencia, y salir bien parado de cualquier trifulca. Ahora esos ojos están cerrados, rodeados de cortes y moratones, hinchados por tanto sufrimiento acumulado. Por tantas horas de insomnio atesoradas, de pesadillas revividas una y otra vez.

Me acerco a ti “y al besarte en la mejilla, yo creí que me moría, se rompía este pobre corazón. Quiero besarte tengo miedo a despertarte, entró en tu sueño y te grito desde lejos: QUE TE QUIERO. En sólo un segundo”.

“He comprendido lo que importa y lo que no. El fin del mundo, de tu mundo, la tormenta, el dolor. Quedan muy lejos de esta habitación”.
Me siento cansada, las horas de vigilia comienzan a hacer mella. Mis párpados no resisten y lentamente buscan adherirse como si de un velcro se tratara, necesito dormir. Este estado me une más a ti, en mi sueño apareces tú. Estás dormido, como ahora. No, soy yo la que logro colarme en el tuyo. Tengo miedo, noto inseguridad. Todo tiembla, se oyen gritos, insultos, ¿quién es Ringo? Escucho suplicas, es tu voz, lamentos y reproches. Nada te libera de esa agonía, cada vez más inminente. Te preparas para ser golpeado, contraes los riñones y el hígado, presientes su patada. Te mueves muy rápido, que mareo, deseas esquivar los golpes. Pero estos te llegan, te tumban y ya eres hombre muerto. Una vez en el suelo sabes que no hay salida, ni escapatoria posible. Y nuevamente Ringo te utilizará como saco de boxeo para descargar todo esa rabia contenida y acumulada.

Tú ya sabes que es un chico problemático, con una infancia dura. Él ya sabe que tú eres el nuevo, inadaptado y solitario. Ringo ya ha salido, ha abandonado nuestra escena. Y tú sigues tirado en el suelo rodeado de babas y sangre. Lloras en silencio reprochándote tu falta de valentía y fuerza, tragándote tu orgullo pisoteado y rastrero. Te sientes pequeño, cada vez más pequeño, todo se vuelve un obstáculo imposible de salvar. Deseas morirte para librarte de este suplicio.
Yo noto tu angustia esa quemazón estomacal. Y comienzo a correr, preciso ir a tu encuentro, entregarte mis brazos fuertes y llenos de cobijo. Me estoy moviendo, puedo hacerlo, tengo vida en tu sueño. Comienzo a articular palabras, sonidos, no sé si tú me oyes. Pero “te grito desde lejos: QUE TE QUIERO”.

Te giras, tus ojos intentan vislumbrar mi imagen, esta voz te resulta conocida. Ya estoy más cerca de ti. Veo tus ojos, me sumerjo en ese verde esmeralda, los reflejos del sol te deslumbran. No tienes la certeza de saber quién soy. Pero ya no tiemblas, ni lloras. Te acaricio mientras te tomo en mis brazos. “Fuera sopla el viento, fuera está lloviendo un aullido aterrador, pero un susurro nos envuelve, nos abraza lentamente, como un mantra conocido por los dos. No son fantasmas es mi espíritu el que habla. Entra en tu sueño y te grita desde lejos: QUE TE QUIERO”.

“En sólo un segundo he comprendido lo que importa y lo que no”. Tus miedos, tus fobias. Esa manía persecutoria que te anula. Todo lo callado y ocultado, tus excusas, tantas mentiras encubridoras de una explotación más, de otro abuso por la fuerza. Y te susurro lentamente: -ya estás a salvo, esto también pasará. Ya ha pasado. No me sufras más. No estás solo, juntos podremos.-

Nos incorporamos, has dejado de sangrar. Caminamos unidos, giras tu cara y lo último que veo en mi sueño, en tu sueño es tu sonrisa. “Quiero besarte tengo miedo a despertarte; entro en tu sueño y te grito desde lejos: QUE TE QUIERO. En sólo un segundo. He comprendido lo que importa y lo que no: los desengaños y los malos presagios; las envidias, las intrigas que complican nuestras vidas, quedan muy lejos de esta pompa de jabón, nuestra burbuja de amor. Sube por el cielo, más allá del universo, sube y estalla en tu sueño”.

Ya he despertado y sentada en tu cama, sigo abrazándote. Siento algo, parece que tus dedos me han rozado. Tomo tu mano y tú te coges a ella, no puedo creerlo, tu coma ha cesado. Esas dos esmeraldas me miran con sorpresa y anhelo. Me reconoces y te fundes en un abrazo. Y tu pompa de jabón, nuestra burbuja de amor sigue intacta, flotando en esta habitación, en este mundo que castiga el acoso, el hostigamiento, los abusos y la persecución.

PRESENTADO A COCURSO: X CERTAMEN NARRATIVA CORTA " VILLA DE TORRECAMPO.NO FUE PREMIADO.

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