miércoles, 24 de febrero de 2010

DESPEDIDAS: DESPEDIDA REVELADORA.


DESPEDIDA REVELADORA.

Creía que no llegaba a tiempo. El taxi pilló un atasco en la carretera y tuve que bajarme y realizar el último trayecto corriendo. Llegué acalorada al aeropuerto, los nervios y el sudor invadieron mi rostro y mis manos. Te busqué en tu terminal, y a lo lejos divisé aquel sombrero que tanto detestaba. Ese que te regalaron por tu ascenso.

Ahí estabas tú, respetando como nunca la cola, erguido, bien plantado de espaldas a mi, mostrándome el mapa de África estampado en tu camiseta. Grité tu nombre varias veces. Pero mi tenue voz se perdía entre tanto espacio.

Mi corazón se aceleraba por momentos, te ibas y no podría despedirme de ti. Tal vez en un arranque de valor conseguiría decirte esto que callo tantos años. Intentaba alzarme de puntillas, con la esperanza de resaltar y llamar tu atención, agitaba mi brazo a la vez que pronunciaba tu nombre.

De repente te giras tu maleta se ha atascado, sí creo que me has visto. Corres contracorriente, la azafata te llama la atención, pero sigues corriendo hacia mi, los pasajeros te observan sorprendidos.

- ¡Jorge!.- Me fundo en un abrazo contigo y te susurro: - lo siento, te echaré de menos, muchísimo. Buena suerte en tu nuevo destino. Acuérdate de mi.-

Tú me besas y respondes: - tranquila volveré en un par de semanas, acabo de verlo claro. Rechazaré el traslado. Nada se me ha perdido en Bélgica. Aclararé todo y volveré, y entonces no aceptaré ni una escusa por tu parte. ¿Trato hecho?.-

Yo te beso y mis lágrimas te confirman mi deseo.



NIEVES JUAN GALIPIENSO.
23/2/2010.

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