martes, 2 de marzo de 2010

EN TARDES COMO ESTA.



EN TARDES COMO ESTA.

- ¡Ummm..., que rico! Calentito, me apetece tanto saborear este chocolate.- Roberto pensaba en voz alta mientras bebía su taza humeante. Detestaba la lluvia, siempre conseguía asaltarle la melancolía con ella de fondo. La mejor forma de acallar sus reclamos era así. Tomar un buen chocolate, tumbado en su sofá mientras una película sonaba como historia protagonista de aquel salón.

Por unas horas, su vida se postergaba, parecía que todo se detenía, hasta sus latidos eran reposados y lentos, tan sólo la sucesión de imágenes reflejada en el cristal de la vitrina rompía aquella calma. Los actores tomaban cada vez más protagonismo pasando de la pantalla de televisión a los sueños de él.

Sumergido en otro mundo Roberto era un miembro más de aquel colectivo en busca de un tesoro perdido. Un aventurero ansioso por las joyas y los trofeos sepultados en la caja fuerte de aquel barco hundido. Varias expediciones lo habían intentado en vano. Peleas, mentiras, intrigas y mucha rivalidad entre ellos debilitaba la misión y las ganas se ahogaban entre olas y espuma de frustración.

Roberto magullado y agotado cae al fondo del mar, no consigue flotar y se ve camino a la bodega del barco. Sobresaltado se despierta de repente, se sujeta al sofá y nota su cuerpo suspendido en terreno seco. Ni barco, ni olas, ni tesoro, suspira aliviado y vuelve a coger la taza para agotar el último sorbo de chocolate.

La lluvia ha cesado y el arco iris pinta en el cielo un halo de esperanza. – Creo que al fin podré salir a dar una vuelta, el aire fresco me despejará.-


NIEVES JUAN GALIPIENSO.
2/3/2010.

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