martes, 1 de junio de 2010

CELDA 301



CELDA 301.

Un charco de sangre rodeaba su silueta. Marta de pie frente a su último amor, contemplaba la escena temblorosa. Sus manos manchadas, chorreaban sangre, arrojó el cuchillo y se entregó sin resistencia al agente de policía, que trataba de apaciguarla.

Confesó en comisaría y mantuvo su declaración en el juicio, condenándose a la pena máxima, rechazando cualquier reducción por atenuantes. Su abogado de oficio poco pudo hacer.

Ingresó de inmediato en la prisión. Una vez instalada en su celda se sintió aliviada, pasaría el resto de su vida allí, sin tener que enfrentarse a nada. Sin volver a ver sus caras de goce, sin escuchar los gemidos desgarradores de placer, y aquella postura de su exclusividad, adoptada, en esta ocasión, por otra mujer sobre su hombre.

PRESENTADA A CONCURSO: NO PREMIADA, NI SELECCIONADA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario